lunes, 15 de febrero de 2016

Nacho hasta en la sopa


El contenido, elocuencia y precisión del discurso dado en la Asamblea Nacional el pasado viernes por Miguel Ignacio Mendoza (Nacho), deja un cúmulo de análisis en quienes entendimos la base del mensaje: Desarrollar objetividad y criterio propio. Las muchas verdades dichas por Mendoza se confirman con el inmediato rechazo a sus palabras por parte de personeros del régimen; es absolutamente contraproducente para el proceso que nosotros los jóvenes tengamos criterios propios a partir de lo que vemos y vivimos; para quienes gobiernan, solo debemos aplaudir las decisiones de ellos, sin importar que estas se contradigan unas con otras, que representen el deterioro de nuestra calidad de vida, o que sean a todas luces mecanismos de represión y control para el pueblo. La objetividad que el régimen quiere, es la de decir Amén a cualquier insensatez reproducida por sus laboratorios de información, que distribuyen mensajes en miles de cuentas ficticias de Twitter, y en la red de medios de comunicación de los que se adueñaron arbitrariamente, donde no es posible escuchar una voz disidente. 
A propósito del día de la juventud, Nacho, quien ha sido embajador de la música urbana que escucha la mayoría de la juventud venezolana, y que ahora nos conecta con la juventud de toda América, dio un mensaje claro, y lejos de pretender imponer un pensamiento personal, llamó a desechar la flojera mental, a tomar nuestras propias decisiones, por erradas que puedan ser, pero al fin propias, para que sea nuestro criterio el que guíe nuestras acciones.
Además de esa clara invitación que nos hace a pensar, expresó su opinión ante una serie de eventos que son lo que a su parecer (y que comparto en su totalidad), tienen a Venezuela sumida en el peor estado de nuestra historia republicana. Cuando habla de la destrucción de las empresas, fincas y demás organizaciones expropiadas por el difunto presidente Chávez, y que hoy pretende continuar el actual mandatario, quien por cierto fue impuesto por un deseo del difunto y no por el criterio propio de los votantes que lo eligieron, resuena en los jerarcas del régimen la presión de saber que si expropian Polar, que es modelo en Latinoamérica de productividad, gestión, y ahora de aguante, estará quebrada en unas pocas semanas, y menos podrían disimular la crisis alimentaria, además que el costo político sería totalmente negativo, pero con tal de seguir queriendo demostrar más fuerza que razón, sigue latente la posibilidad de ejecutar esta medida autoritaria. Así que con seguridad el nombre de Nacho saldrá cuando en las reuniones oscuras llenas de ineptos alrededor de una mesa diseñan planes de expropiaciones, a sabiendas que la producción propia simplemente no les va, por aquello de su incapacidad.
Cuando las miles de familias con algún miembro en las penitenciarias de Venezuela, recuerdan que es un secreto a voces lo dicho por Nacho acerca de los muchos flagelos que se dirigen desde dentro de esas paredes, su nombre retumba de nuevo en el inmensamente inútil ministerio encargado, en la GNB como custodios, y en el ejecutivo como responsable principal.
Hoy, el nombre de Nacho suena más fuerte en sus fanáticos que quieren dejar de serlo, porque les tocó la fibra de la verdad, esa verdad que uno no quiere escuchar cuando está haciendo todo lo contrario. La verdad que habla de la visible y comprobada incapacidad del gobierno para gobernar, la incapacidad de las instituciones de ser institucionales en vez de actuar como brazos del régimen, la incapacidad de los supuestos líderes para liderar, por aquello de que hay que liderar con el ejemplo, y si algo no son los jerarcas del régimen son ejemplos a seguir. 
Hoy Nacho suena en la radio con su música, en las redes con su verdad, y en cada mala decisión tomada por el régimen con el conocimiento que su pensar es compartido por millones que les dijeron "No más" el 6 de diciembre. 
A este joven valiente, digno representante de la juventud venezolana, le hago llegar por esta vía mi agradecimiento y admiración, por haber utilizado ese espacio bien merecido que tuvo ante el parlamento que rige hoy la legislatura venezolana, pues tocó en un bien elaborado discurso gracias a su don de la palabra, los temas que el régimen silencia a la fuerza, que esconde para poder seguir ejecutando sus planes corruptos y destructivos, y que son temas principalmente negados en las conversaciones públicas por miedo. Unos pocos que aún sienten miedo por ser reprimidos, otros por perder la mísera limosna que el propio gobierno controla, y también es necesario decir que algunos aún sienten miedo de hablar de dichos temas por perder apoyo popular, pues muchas veces "entre bomberos no se pisan la manguera".
Así es que los representantes de la destrucción llamada madurismo, los que hacen vida política en la disidencia, y todos los ciudadanos venezolanos, escuchamos las palabras de Nacho en nuestra cotidianidad, puesto que la verdad no se escribe con cadenas de radio y televisión, se escribe con la objetividad y criterio desarrollado a partir de nuestras vivencias.
Valga esto para sumarme a la invitación de Nacho a perder el miedo, los que no somos "políticos" debemos tomar el sartén por el mango y recuperar la libertad de pensamiento que tanto carcome la tranquilidad de quienes creen ser dueños de nuestra Venezuela y rechazan el discurso de Nacho, es decir, que creen que pensar es malo.

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