miércoles, 19 de agosto de 2015

Ese tal quibo

A pesar de la pérdida en nuestra capacidad de asombro, ver el patriotismo actual del ocupante de Miraflores por el tema del Esequibo genera entre otras cosas eso, asombro, más aun al saber que el mismo personaje fue canciller de la República (sin méritos obviamente) por más de 6 años, tiempo durante el cual no se le escuchó al menos pronunciar el nombre de dicho territorio. Lo mencionado dista de las intenciones manifestadas por diversos personajes de la vida política de nuestro país, pero que no comulgan con la ideología destructiva llamada chavismo, tal es el caso de María Corina Machado, quien en diferentes ocasiones intentó llevar el tema al hemiciclo de la Asamblea Nacional, siendo ignorada y por siempre tildada de antipatriota. Sería entonces oportuno preguntar, ¿qué es para ellos el patriotismo?
Para los que recibimos educación primaria sin adoctrinamiento, conocimos ese territorio en los libros de historia como el “Territorio en reclamación”, dibujado siempre en los mapas con franjas y nunca sido tomado en cuenta para las actividades administrativas o sociales de la nación, de hecho, la última acción gubernamental (pública) acerca de dicho territorio parece ser el tratado de Ginebra de 1966, que mantiene la disputa de manera diplomática con árbitros de las naciones unidas, sin embargo, el estado ha sido conocedor de las decisiones de Guyana de intervenir administrativamente el territorio desde décadas atrás, con el agravante actual de la concesión a la petrolera Exxon Mobil para realizar labores de exploración en aguas del territorio en disputa, lo que inevitablemente generó la alerta que tiene en la palestra la verborrea gubernamental sobre el hecho.
Y es que es irónico decir que loro viejo no aprende a hablar, pero en esta materia (y en la mayoría), es lo único que hacen los representantes del gobierno, hablar, señalar y lo que mejor saben hacer, escurrir el bulto, pues a sabiendas que para disolver protestas estudiantiles utilizan el ejército, tanquetas antimotines, grupos paramilitares criollos y extranjeros, “gas del bueno”, armas de fuego, y demás artilugios violentos, no esperábamos menos para una invasión extranjera en nuestro territorio, como ya ellos lo habían mencionado en ocasiones, hasta el punto de instalar baterías antiaéreas en barriadas de la capital. Sin embargo, también asombra la delicadeza con que los representantes de la diplomacia han manejado el tema, hablando con los vecinos para que aboguen a su favor, o utilizando medios de comunicación internos para vociferar consignas mal diseñadas y mostrar una bravuconada sin acción. Lo cierto es que la valiente Fuerza Armada Nacional Bolivariana no ha escuchado el “¡Adelante!” de su Comandante en Jefe, ni tampoco imagino que estén preparándose para actuar si lo escuchan.
Así es como una vez más esta pantomima de gobierno se burla del pueblo, acumulando retórica de soberanía y patria, pero ante un hecho real y en desarrollo, se esconde en la diplomacia. ¿Cuál es la función de la FANB entonces? Resulta totalmente incongruente la monstruosa suma de dinero que el difunto y el heredero han derrochado en armamento y honores en metálico a los efectivos de la gloriosa Fuerza Armada, parece ser que ésta es útil sólo para combatir al peligroso estudiante que protesta porque no ve futuro en su país, o al antipatriota disidente que expresa su descontento con tamaño desastre de gestión del gobierno, y con seguridad también es útil para los ataques de los molinos de viento pitiyanquis.
Y es que lejos de querer un enfrentamiento bélico con un  país vecino, la invitación es a mantener la misma línea en discurso y acción, o utiliza la diplomacia con que está tratando el tema del Esequibo para los temas internos, desarrollando planes en lo económico con los sectores productivos, asistiendo a debates políticos en eventos electorales, escuchando el descontento del pueblo que quieren excluir, etc., o utiliza la fuerza en la invasión a nuestro territorio, a nuestra soberanía y a nuestros recursos como lo hacen a diario con millones de venezolanos que vivimos en un país destruido por la peor gestión gubernamental jamás vista en la historia de Latinoamérica.

Esperaremos a ver cuál es el resultado en la defensa de la Soberanía y Patria que tanto han desgastado. No nos extrañemos si en medio de su ignorancia y sus habituales errores gramaticales, el ocupante de la silla comente en una de sus inútiles alocuciones diga que sigue en la disputa de “ese tal quibo”, refiriéndose a nuestra Guayana Esequiba.