lunes, 16 de febrero de 2015

Gobierno ecológico

El entorno del régimen se hace cada día más pequeño. Lo observado durante los años que Hugo Chávez estuvo atornillado a su silla respecto al reciclaje de funcionarios públicos, evidencia la desconfianza que le generaba el nombramiento de funcionarios por méritos o por preparación. Los nombres de sus hombres cercanos se repetían una y otra vez, así vimos a Diosdado Cabello por ejemplo, un teniente e ingeniero del ejército, participante en la intentona golpista de 1992, convirtiéndose en una de las personas más hábiles del país, pasando por tres ministerios, la vicepresidencia ejecutiva de la república, una gobernación, y ahora como legislador y presidente de la asamblea nacional.
Estas prácticas de reciclaje continúan hoy en la Venezuela del sucesor. Sería una interesante tarea desarrollar los cargos por los que han pasado tantos personeros del régimen, al igual que estudiar las credenciales y preparación que han tenido para ocupar dicho cargo. Podríamos mencionar allí a Elías Jaua, José Vicente Rangel, Adán Chávez, Jorge Giordani, Rafael Ramírez, Erika Farías, Tareck Williams Saab, el mismo presidente actual, y un par de decenas más que han demostrado una dudosa capacidad de gestión, pero que aun así van de despacho en despacho haciéndonos ya considerarlo normal como lo hacemos también con tantos flagelos que forman parte de nuestra cotidianidad.
Este nepotismo chavista, fue evidenciado por el propio presidente del legislativo, quien con su ya habitual ira mencionó que en el futuro, para poder optar a cargos públicos, era necesario pasar por la escuela de formación socialista del PSUV, lo cual demuestra en primer lugar, que se están quedando sin personal de confianza, y segundo, que le coarta los derechos plasmados en el artículo 6 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela a sus propios compañeros y ya relacionan abiertamente el adoctrinamiento político con las funciones administrativas de la nación.
Mientras todo esto sucede, sale a la luz a través del diario Le Monde de Francia y no por fuentes oficiales, el caso de la filial suiza del grupo bancario HSBC, que incluye la escandalosa suma de catorce mil ochocientos millones de dólares americanos (14.800.000.000,00 US$) distribuidos en 1282 cuentas del estado venezolano al parecer sin declaración alguna; suma que se acerca al 70% de las reservas internacionales publicadas por el BCV el día de ayer.
Y es que menciono este caso al hablar de nepotismo chavista, porque un responsable directo de desarrollar una investigación para rendir cuentas a los venezolanos que son los dueños de los reales, es el poco mencionado Manuel Enrique Galindo Ballesteros, contralor general de la república, a quien hasta el día de hoy no se le ha escuchado pronunciamiento alguno, siendo este organismo autónomo parte del Poder Ciudadano el encargado de velar por la transparente administración del patrimonio público del Estado venezolano.
Esto nos lleva a pensar más allá del hecho. Manuel Galindo, previo a su nombramiento como contralor, fungía como procurador general de la nación, puesto que ocupó al quedar por su posición de viceprocurador según los estatutos tras el retiro de la primera combatiente durante la campaña presidencial de Nicolas Maduro. A su vez, el viceprocurador es nombrado por el procurador, es decir, un puesto de confianza que le fue otorgado por la entonces procuradora de la república Cilia Flores. A sabiendas que la procuraduría y la contraloría tienen relación pues ambos resguardan el patrimonio de la nación, podríamos concluir que el nombramiento de Galindo en su actual cargo (aunque hecho por la asamblea nacional) no es fortuito, quizás de allí también el hecho que a los corrientes no se haya nombrado procurador o procuradora desde la salida del mismo.
Como la tarea de averiguar las credenciales de los funcionarios reciclados, también sería interesante indagar en el vínculo de Galindo Ballesteros con la familia presidencial. Pues según el propio portal de la procuraduría general de la república, en nota de prensa del 22 de Julio de 2014, Galindo “…exhortó a practicar la lealtad integral hacia Dios, hacia el Comandante Supremo, Hugo Rafael Chávez Frías, y hacia el Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, como un elemento cohesionador del compromiso para la construcción revolucionaria.”
Estas palabras al parecer lo ponen en el círculo de confianza que tanto tiene preocupado a Diosdado Cabello, y lo mantiene en su silla calladito viendo pasar esta serie de eventos sin siquiera chistar o hacer su trabajo de fiscalización. Espero me equivoque y pronto pueda ver un trabajo de contraloría objetivo para el caso en cuestión. O mejor aún, que antes de terminar su trabajo de contraloría se logre el cambio (no reciclado) de gobierno y funcionarios. Seguiremos esperando. Perdón, ¿seguiremos esperando?