viernes, 26 de febrero de 2016

La cabilla en el ojo

     Dicen que es muy fácil ver la pajita en el ojo ajeno y no ver la cabilla que se tiene metida en el propio. Este es a mi parecer uno de los muchos errores de quienes repiten consignas a favor de un régimen que ha demostrado con creces ser la bandera de la incapacidad y de la ineficiencia en gestión. Han repetido hasta el hastío eventos históricos y frases diseñadas por los estrategas gubernamentales para hacer ver que un cambio de gobierno sería volver a los errores de la llamada cuarta República, por cierto, errores que nos costaron poner en la presidencia un caudillo autoritario con amplio resentimiento social, que ha quebrado y dividido a nuestra sociedad.
     Lo que se les hace difícil comprender, es que muchas de las consignas que apuntan a criticar medidas que supuestamente tomaría un gobierno "contrarrevolucionario", son a la vista objetiva, las propias medidas que ha ejecutado el actual régimen desde sus inicios.
     La primera de ellas: la identidad nacional. Gastaron tiempo y recursos en cambiar la imagen de nuestros símbolos, colocando una estrella más a la bandera por una provincia de la que nadie supo al estudiar primaria, y lo que me parece más burdo y sin sentido, cambiar la dirección del galope del caballo en nuestro escudo. Digo sin sentido, ya que en los planos bidimensionales, la derecha es la dirección del eje positivo, del avance; y el caballo entonces galopaba hacia adelante, mirando hacia atrás para no olvidar sus raíces. Ahora el caballo galopa prácticamente con gríngolas hacia la izquierda, hacia atrás, y la explicación (peor que la decisión), fue que la hija menor del presidente le preguntó por qué este corría con la cabeza volteada. Para un ser racional, lo lógico es averiguar la respuesta en caso de no recordarla, pero de un totalitarista, la respuesta fue simplemente cambiar la imagen y decir: corre hacia el retroceso porque a mí me da la gana. Utilizan ahora palabras coloquiales de dialectos extranjeros identificados con el sistema de gobierno, dejando lejos toda nuestra identidad. 
     Vender el país. Es una frase amalgamada a cada discurso oficial y no oficial de los voceros del régimen, advirtiendo una eventual "venta" de la tierra y los recursos que hay en ella a otros países y corporaciones extranjeras, con objetivos económicos personalistas. Pero qué es lo que ha hecho el régimen desde sus inicios con las empresas mixtas, dándole título de propiedad sobre los recursos asignados a dichas empresas que tienen sociedad con el régimen (cosa que no quieren hacer con quienes ocupan viviendas hechas con el dinero de todos los venezolanos). Cómo es que han endeudado a Venezuela a largo plazo con tantos países, para recibir efectivo utilizado en campañas electorales y quién sabe cuántas cuentas que no rinden. Eso sí ha sido vender el país.
     La oligarquía y la burguesía. Pseudónimo despectivo (de los más decentes) que utilizan los jerarcas para referirse a quien disiente, pero el objetivo real, es ampliar la brecha divisionista entre la población y los líderes de oposición, pues hacen referencia al pueblo con bajos recursos para quienes dicen gobernar, pero que han multiplicado para perpetuarse con su apoyo (ya perdido). Y bien es sabido que la fortuna generada por la élite gubernamental durante la mal llamada revolución, y los beneficios que estos tienen en nuestro país, los convierten en verdaderos oligarcas y burgueses.
     Polar quiere matar al pueblo de hambre. Esto realmente impresiona, ver cómo semejante disparate se hace eco entre ciudadanos que obviamente consumen productos de esta gran empresa, puesto que obviando el hecho de que el gobierno nunca ha querido producir por sí mismo, para así generar la competencia de mercado que estabilice los precios y genere justicia comercial, está la muy cuestionable política de expropiaciones que hoy ha quebrado tantas empresas anteriormente productivas, y que hoy tiene incluso a las cadenas gubernamentales distribuyendo alimentos Polar ya que es la única empresa grande en funcionamiento. A este descaro se le suma el hecho de negar con estas acusaciones el derecho a la libertad económica, visto que Polar es una empresa de capital privado, y en condiciones libres, deberían producir lo que ellos decidan, a su conveniencia, y a los precios que consideren para competir en un mercado con la calidad que a todas luces tienen. Si el gobierno se ha dado a la tarea de querer subsidiar alimentos al pueblo para así controlarlo, también debería asumir la responsabilidad de su fracaso como productor y distribuidor de este rubro. Es decir, el que está matando al pueblo de hambre es el propio régimen que se comprometió a alimentarlo y no ha cumplido.
     La invasión extranjera. Hace unos años que instalaron baterías antiaéreas en zonas populares de Caracas, y aún divulgan cortos acerca del manejo de estos dispositivos por parte de ciudadanos civiles. Esto parece tener como propósito convencer a los de mente moldeable que estamos en riesgo de ser invadidos por el imperio, o hasta por extraterrestres, pero no divulgan que los grupos guerrilleros terroristas FARC, ELN, ETA, y hasta Hamas, tienen células que han invadido (con y sin permiso), el suelo venezolano y operan impunemente ante el silencio gubernamental. Hay agentes de inteligencia y médicos cubanos, obreros chinos, asesores españoles, y muchos extranjeros más para efectuar labores en nuestro país, mientras la tasa de desempleo y miseria va como el caballo en el escudo. Todo esto, sin hablar de la presencia de banderas cubanas en oficinas gubernamentales y militares. Esta es la invasión real.
     Me podría extender en el tema, pero al parecer se les hace imposible ver esa cabilla que les atraviesa los dos ojos, quizás porque el propio régimen se encargó de quebrar también la siderúrgica venezolana, y la cabilla ya simplemente no se ve.

lunes, 15 de febrero de 2016

Nacho hasta en la sopa


El contenido, elocuencia y precisión del discurso dado en la Asamblea Nacional el pasado viernes por Miguel Ignacio Mendoza (Nacho), deja un cúmulo de análisis en quienes entendimos la base del mensaje: Desarrollar objetividad y criterio propio. Las muchas verdades dichas por Mendoza se confirman con el inmediato rechazo a sus palabras por parte de personeros del régimen; es absolutamente contraproducente para el proceso que nosotros los jóvenes tengamos criterios propios a partir de lo que vemos y vivimos; para quienes gobiernan, solo debemos aplaudir las decisiones de ellos, sin importar que estas se contradigan unas con otras, que representen el deterioro de nuestra calidad de vida, o que sean a todas luces mecanismos de represión y control para el pueblo. La objetividad que el régimen quiere, es la de decir Amén a cualquier insensatez reproducida por sus laboratorios de información, que distribuyen mensajes en miles de cuentas ficticias de Twitter, y en la red de medios de comunicación de los que se adueñaron arbitrariamente, donde no es posible escuchar una voz disidente. 
A propósito del día de la juventud, Nacho, quien ha sido embajador de la música urbana que escucha la mayoría de la juventud venezolana, y que ahora nos conecta con la juventud de toda América, dio un mensaje claro, y lejos de pretender imponer un pensamiento personal, llamó a desechar la flojera mental, a tomar nuestras propias decisiones, por erradas que puedan ser, pero al fin propias, para que sea nuestro criterio el que guíe nuestras acciones.
Además de esa clara invitación que nos hace a pensar, expresó su opinión ante una serie de eventos que son lo que a su parecer (y que comparto en su totalidad), tienen a Venezuela sumida en el peor estado de nuestra historia republicana. Cuando habla de la destrucción de las empresas, fincas y demás organizaciones expropiadas por el difunto presidente Chávez, y que hoy pretende continuar el actual mandatario, quien por cierto fue impuesto por un deseo del difunto y no por el criterio propio de los votantes que lo eligieron, resuena en los jerarcas del régimen la presión de saber que si expropian Polar, que es modelo en Latinoamérica de productividad, gestión, y ahora de aguante, estará quebrada en unas pocas semanas, y menos podrían disimular la crisis alimentaria, además que el costo político sería totalmente negativo, pero con tal de seguir queriendo demostrar más fuerza que razón, sigue latente la posibilidad de ejecutar esta medida autoritaria. Así que con seguridad el nombre de Nacho saldrá cuando en las reuniones oscuras llenas de ineptos alrededor de una mesa diseñan planes de expropiaciones, a sabiendas que la producción propia simplemente no les va, por aquello de su incapacidad.
Cuando las miles de familias con algún miembro en las penitenciarias de Venezuela, recuerdan que es un secreto a voces lo dicho por Nacho acerca de los muchos flagelos que se dirigen desde dentro de esas paredes, su nombre retumba de nuevo en el inmensamente inútil ministerio encargado, en la GNB como custodios, y en el ejecutivo como responsable principal.
Hoy, el nombre de Nacho suena más fuerte en sus fanáticos que quieren dejar de serlo, porque les tocó la fibra de la verdad, esa verdad que uno no quiere escuchar cuando está haciendo todo lo contrario. La verdad que habla de la visible y comprobada incapacidad del gobierno para gobernar, la incapacidad de las instituciones de ser institucionales en vez de actuar como brazos del régimen, la incapacidad de los supuestos líderes para liderar, por aquello de que hay que liderar con el ejemplo, y si algo no son los jerarcas del régimen son ejemplos a seguir. 
Hoy Nacho suena en la radio con su música, en las redes con su verdad, y en cada mala decisión tomada por el régimen con el conocimiento que su pensar es compartido por millones que les dijeron "No más" el 6 de diciembre. 
A este joven valiente, digno representante de la juventud venezolana, le hago llegar por esta vía mi agradecimiento y admiración, por haber utilizado ese espacio bien merecido que tuvo ante el parlamento que rige hoy la legislatura venezolana, pues tocó en un bien elaborado discurso gracias a su don de la palabra, los temas que el régimen silencia a la fuerza, que esconde para poder seguir ejecutando sus planes corruptos y destructivos, y que son temas principalmente negados en las conversaciones públicas por miedo. Unos pocos que aún sienten miedo por ser reprimidos, otros por perder la mísera limosna que el propio gobierno controla, y también es necesario decir que algunos aún sienten miedo de hablar de dichos temas por perder apoyo popular, pues muchas veces "entre bomberos no se pisan la manguera".
Así es que los representantes de la destrucción llamada madurismo, los que hacen vida política en la disidencia, y todos los ciudadanos venezolanos, escuchamos las palabras de Nacho en nuestra cotidianidad, puesto que la verdad no se escribe con cadenas de radio y televisión, se escribe con la objetividad y criterio desarrollado a partir de nuestras vivencias.
Valga esto para sumarme a la invitación de Nacho a perder el miedo, los que no somos "políticos" debemos tomar el sartén por el mango y recuperar la libertad de pensamiento que tanto carcome la tranquilidad de quienes creen ser dueños de nuestra Venezuela y rechazan el discurso de Nacho, es decir, que creen que pensar es malo.